El Corcho Natural

¿Qué es el corcho?

El corcho es la corteza del alcornoque, árbol que se encuentra esencialmente en el Mediterráneo occidental. Durante su crecimiento, estos árboles van engrosando su tallo, acumulando hacia el exterior de la madera células muertas y huecas: el propio corcho. Esta capa aísla y protege las zonas más sensibles del árbol.

La corteza del alcornoque tiene una propiedad extraordinaria: la regeneración. El corcho vuelve a crecer una vez extraído, sin perjudicar al árbol.

Propiedades del corcho

El corcho es un material con unas características innatas únicas: resistente y ligero, aislante térmico y acústico, impermeable a líquidos, elástico y compresible, ignífugo e hipoalergénico.

Pero sobre todo, el corcho es un material  100% natural, renovable y biodegradable. Todo ello hace del corcho un material inigualable.

¿Cómo se obtiene el corcho?

La extracción del corcho es un proceso muy respetuoso con el entorno, de muy bajo impacto y obtenido de recursos renovables ya que ni siquiera requiere la tala de árboles.

La extracción del corcho del alcornoque es lo que se denomina «saca del corcho». Esta saca se hace sobre todo durante el mes de julio, que es el mes en el que el corcho puede ser separado del árbol sin dañarlo. En esta época los trabajadores denominados «corcheros» o «peladores» extraen la corteza del alcornoque cortando con un hacha y uniendo las grietas verticales del corcho, así retiran lo que se denomina «la pela del alcornoque».

El corcho se puede extraer por primera vez cuando el árbol tiene aproximadamente 25 años, pero este dato depende mucho de las condiciones climáticas durante su etapa de crecimiento, ya que el parámetro a medir es cuando el árbol tenga una «circunferencia altura de pecho» (CAP) de 70 cm. a una altura de 1’30 m.

Este primer corcho se denomina bornizo, sólo válido para la elaboración de elementos decorativos y aislantes.

Tras esta primera saca se puede sacar corcho cada nueve años, dependiendo de la calidad de estación y zona climática.

El corcho obtenido en la primera y segunda «saca» se destina principalmente a la producción de aglomerados, ya que no tiene todavía la calidad necesaria para la producción de tapones.

No es hasta la tercera «saca» que el corcho puede utilizarse para tapones de corcho natural. Por entonces, el árbol tiene unos 40 años. Los alcornoques pueden vivir unos 170 o 200 años, por lo que pueden dar corcho taponable unas 15 veces a lo largo de su ciclo de vida.

Propiedades y aplicaciones del corcho

Pocos materiales manifiestan al tiempo tantas características útiles. Por solo citar algunas de sus propiedades, el corcho es impermeable, inodoro, resistente a los agentes químicos e inatacable por los líquidos, prácticamente imputrescible y muy resistente a los ataques de los insectos, compresible y elástico, con extraordinaria capacidad de recuperación dimensional, escasa conductividad térmica, excelente aislamiento acústico y de vibraciones, muy liviano y con elevada resistencia mecánica.

Dadas sus extraordinarias características, no es extraño que el corcho tenga múltiples aplicaciones. Algunos de sus usos son ya muy antiguos. En muchos casos, materiales sintéticos lo han substituido parcialmente. Pero, en realidad, en la mayoría de sus utilizaciones no tienen rival.

Entre otras aplicaciones, el corcho se utiliza en construcción naval, donde se emplea desde aislante térmico y antivibraciones hasta en pavimentos antideslizantes, cinturones y armillas de salvamento, boyas, etc. En la fabricación de maquinaria se utiliza en bancadas flotantes reductoras de vibraciones, juntas para motores, transformadores, etc. La industria del vidrio y la cerámica también utiliza separadores de corcho, granulado y polvo de corcho, discos para pulir y ladrillos refractarios. Para no cansar enumerando los distintos usos, baste recordar que, además, el corcho se utiliza en la construcción, la industria del frío, los accesorios para automóviles y aeronáutica, la industria química y farmacéutica, la del calzado, la imprenta y en la fabricación de artículos deportivos.

Pero quizás la utilización más clásica y la más importante desde un punto de vista económico sea la de tapamiento de vinos y otras bebidas. La fabricación de tapón de corcho supone el 85% del volumen de negocio del sector corchero en España y en el mundo. Si nos referimos al empleo generado, probablemente tendríamos que hablar al menos del 90%. A pesar de las campañas de desprestigio que tan injustamente están desarrollando los fabricantes de otros sistemas de tapamiento, mucho menos idóneos tanto desde el punto de vista medioambiental como de la crianza de los vinos, el tapón de corcho no tiene rival para este fin, hasta el punto que corcho y vino constituyen una conjunción indisoluble.

¿Qué beneficios aporta el aprovechamiento del corcho?

El aprovechamiento del corcho produce beneficios ambientales y sociales muy importantes y que deben ser tenidos en cuenta.
Para empezar, la economía y los modos de vida creados en torno al corcho representan una de las razones más importantes para conservar y proteger los alcornocales. Estos bosques y dehesas sólo se distribuyen por siete países del Mediterráneo occidental y mantienen una extraordinaria diversidad biológica. En una superficie de alcornocal equivalente a la quinta parte de un campo de fútbol, se han llegado a encontrar hasta 135 especies distintas de plantas. Por otra parte, estos bosques dan cobijo a alguna de las especies animales más emblemáticas y amenazadas de los ecosistemas mediterráneos, como el águila imperial y otras rapaces diurnas y nocturnas, la cigüeña, el lince ibérico, el meloncillo, el camaleón, la gineta y el ciervo de Berbería (el único ciervo africano). Además, millones de aves migratorias invernan aquí.


Corchomex y su compromiso con la sostenibilidad